A veces la humanidad me da una alegría, aunque pocas, alguna me da. Estoy hablando de la aberración publicitaria de El País. A estas alturas todos estamos enterados de todo, pero si alguien se durmió durante 3 días lo pondré al corriente.
Primero fui a Blasete y claro, no me lo podía creer (como todos), así que investigué en eCuaderno y confirmé mis sospechas, luego pasé por Blog.pocket y ya no podía pensar mas que en lo sucias que pueden ser algunas mentes y de lo que ciertos grupos son capaces de hacer por dinero y poder.
Pasan los días y todo se dispara, leo a Jasp y por ultimo La bitácora de El Mundo (aunque con reticencias), pero veo como el poder de la gente anónima ha podido con todo y el asunto lo miro desde otro punto de vista, el de la capacidad de supervivencia y evolución de la humanidad.
Desde que el mundo es mundo, siempre ha habido gente poderosa que influía en las mentes del pueblo, desde el primer homínido capaz de usar un hueso para golpear a otro hasta los actuales gobernantes, pasando por faraones, reyes medievales, grupos religiosos y ahora los medios de comunicación, grupos de poder al fin, que mantenían y mantienen a raya la información para que el 90% de la humanidad haga lo que ellos quieran. Pero la humanidad siempre encontró una salida para sobrevivir al ostracismo, para liberar la mente y el futuro, filósofos, científicos, pintores y gente anónima que encontraron la forma de abrir camino.
Hoy, uno de esos momentos históricos en los que la información objetiva es imposible, donde el secuestro de las ideas nos ahoga, aparece la BLOGOSFERA , un maravilloso mundo donde cualquiera, (incluso yo), puede decir algo, desmentir, dar su opinión y en definitiva, lanzar una idea al mundo o enseñar un error de forma libre, haciendo que los poderosos tengan que cuidar mucho lo que dicen o hacen.
Como la evolución continua, me imagino que esto durará poco y volveremos a las andadas, pero durante estos días, mi fe en la raza humana está muy alta, si también sobrevivimos a esto y encontramos una salida, somos indestructibles.